El vino es una bebida inevitablemente asociada al acto de alimentarse en algunas culturas pero, más allá de estos numerosos casos, lo cierto es que es uno de los productos que más aceptación acumula en los últimos años a nivel internacional y de manera creciente. Sin embargo, la enorme variedad de tipos y calidades de vinos hace que no sea tarea fácil acertar con la elección de los vinos para un evento.
Además, cuando hablamos de cómo servir el vino, lo que profesionalmente se conoce con el término de maridaje, lo hacemos de una materia en la que los gustos personales tienen una enorme influencia. Aunque existan ciertas recomendaciones que parecen contar con un consenso generalizado, ninguna de ellas es una certeza absoluta. Salvo, quizá, el consejo de probar directamente para elegir sobre seguro.
Prueba de esta volubilidad de las recomendaciones sobre cómo servir el vino es el hecho de que el maridaje de tintos con carnes y blancos con pescados, está siendo cada vez más discutido por los profesionales que consideran que es mucho más importante el tipo de condimentación y el estilo de cocinado que se haya dado a estos productos para acertar con el vino que mejor le pega.
Sin embargo, si hay algunas pautas que parecen funcionar como servir primero los vinos más jóvenes y después los de más solera. Igual sucede con la calidad y con la graduación, antes se deben beber los vinos de menos grados y los de menor calidad, reservando para después los vinos más alcohólicos y los de mayor elaboración.