Las relaciones y similitudes entre dos ciudades separadas por un océano, Madrid y Buenos Aires, son verdaderamente singulares. Más que hermanadas, estas dos capitales son consideradas por muchos de quienes las conocen en profundidad como espejos. Además de los lazos históricos, que se han mantenido durante siglos en ambas direcciones, esas similitudes son visibles en su arquitectura o en la idiosincrasia de sus habitantes.