Puede que el único aspecto positivo de la prolongada
crisis económica internacional de los últimos tiempos es que haya devuelto a la
realidad a un porcentaje importante de las sociedades modernas, que vivía aislado en su confortable nivel de vida. Hasta no hace mucho, al oír hablar de hambre solo pensábamos en África y otras zonas del planeta, los llamados países subdesarrollados. Ahora, desgraciadamente, nos topamos con el problema en casi cada esquina de nuestras ciudades...
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